martes, 18 de noviembre de 2014

Póngame otro chato, jefe

Jefe, póngame otro chato.

Necesito ahogar la nostalgia que tanto pelea por salir a flote. Porque caí de un acantilado y ahora floto en aguas bravas. Me dejo llevar. Espero una gran ola que me alce hasta su cresta y me arrastre de nuevo a la playa. No puedo nadar, no tengo fuerzas. Tengo una boya cerca, pero no me quiero agarrar. ¿Y si nadie viene a salvarme? Me quedaré perdido en mitad del mar. Demasiado tiempo para pensar.

Todo me sabe a sal. ¿Es el mar, que se cuela entre mis labios? Quizá sean las lágrimas que debo tragar. El sabor del recuerdo me da mucha sed. Me rodea el agua, pero no me puede saciar.

Así que póngame otro chato, jefe.

Quiero beber para olvidar. Perder la consciencia, cerrar los ojos y dejar los miedos atrás. Volver a lo más alto, asentar los pies en la tierra, disfrutar del horizonte que divide cielo y mar por igual. Acercarme al borde del acantilado, mirar abajo y pensar: “qué podría pasar, tan solo es el mar”. Y de nuevo hacer equilibrios, caminar por el filo, desafiar al vértigo… Llevar mis emociones al límite… Reír fuerte, llorar mucho, gritar muy alto… Sentirme más vivo de lo que estuve jamás.

Pero sigo sobrio y despierto, los temores no dejan de acechar. ¿Y si el faro me deslumbra y caigo de nuevo? El impacto sería difícil de soportar. ¿Y si escucho cantos de sirena procedentes del mar? Sería tentador, me podría lanzar.

Jefe, póngame otro chato.

Que ya empieza a funcionar. Su taberna es mágica, me siento más alegre que al entrar. Para serle franco, estoy perdiendo la sensibilidad. Gracias al vino desaparece la sal de mi paladar. No estoy contento, la verdad, sonrío por no llorar. Me patina la lengua y no dejo de rimar. Magnífico vino el de su bar. Sírvase un trago, vamos a brindar, veamos si la vida nos sonríe un poco más.

Chin chin, ¡y a cantar!

1 comentario:

  1. Otra ronda jefe, que a esta invito yo.
    Descuida, que no soy persona de dar la brasa, he llegado aquí por lo bien que me han hablado de tu taberna y he visto que por reglones parecidos también he pasado yo.
    Sigue bebiendo tranquilamente, que no te molesto más.

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