¿Os ha pasado alguna vez que vais con vuestra novia
de compras y os obliga a recorreros cada tienda del centro comercial tres
veces? ¡Y luego para no comprarse nada! Que te pregunta, “cariño, ¿cómo me
queda esto?”. Desconfiad, ¡es una trampa…!
¿Habéis visto? Estoy contando una historia de lo más
corriente para empatizar con vosotros, ¡sí señor! Es que veréis, soy de pueblo,
y aquí nos entretenemos tirándoles piedras a los gatos, somos así de básicos.
El día que no estamos mordisqueando un trozo de espiga matamos el rato
fornicando con nuestras cabras.
Tremendo, ¡cómo soy capaz de reírme de los
estereotipos! Tiene mérito, he tardado más en escribir semejantes ocurrencias
que Belén Esteban rellenando un “pinta y colorea”. Conmigo os vais a empachar de
comedia tanto como Falete en un buffet libre de Benidorm. ¡Juas, juas! Esto es
un no parar, ¿cierto? Escribo historietas por no buscarme un trabajo de verdad,
¡como Paquirrín!El revolucionario del humor, me llaman. Cojo a personajes de la prensa rosa española que todos conocéis y hago chistes súper mordaces, así critico de forma velada los contenidos de la telebasura y de paso reivindico el humor inteligente. ¡La monda, oiga! Qué pena que no estéis conmigo ahora mismo, podríais escuchar mi repertorio de imitaciones: Torrente, Robert de Niro y el doblador español de Frasier.
Soy un rebelde, lo reconozco. Mirad, mirad: “Pau Donés es ETA”, “Rajoy en la cuerda floja, suena Míchel”, “El Rubius es ETA”… Vale, esa última os ha dado un poco de SIDA. ¡Badum, tsss! Soy tan transgresor… Haciendo bromas sobre el SIDA en pleno 2014. Habrá quien piense que lo rompedor habría sido contar estos chistes a principios de los 90, ¡pero qué sabrán ellos! Anticipo, estoy preparando mi próximo remate cómico, puede que Twitter se colapse dentro de poco, dará que hablar: ¡Jesucristo es peste! Así somos los neo-cómicos.
Debería terminar interactuando con vosotros, mis lectores. ¿Os habrá costado terminar este post, verdad? Normal, sois de los que sufrís al ver más de ciento cuarenta caracteres, venís de la LOGSE. ¡Tranquilos, que era broma, buen rollito! Es que cuando ya no sé qué más mierdas contar me pongo a vacilar al público un rato, y ahí vosotros pensáis: “qué crack, ¡cómo improvisa!”. Qué coño voy a improvisar, ¡si estoy escribiendo, panolis!
La próxima vez que asistáis de público a un monólogo o miréis alguno en YouTube os acordaréis de este post. Para tratarse de una nueva ola de comedia en ocasiones son espectáculos más rutinarios que la propia vida. Ahora cada vez que veo un sketch de alguien tropezándose con una cáscara de plátano o escucho el chiste del perro Mistetas me parecen un soplo de aire fresco. Supongo que me va lo vintage.
Siento entrar en su taberna quemándome a lo bonzo, pero su crítica mordaz de la comedia me ha hecho recordar el chiste muy desfortunado que una cliente me contó ayer... y es que querido tabernario, no hay nada como tener que plantarle cara al humor desactualizado al que usted llama vintage.
ResponderEliminarSu deconstrucción de la comedia al más puro estilo culinario del señor Adriá me ha alertado del riesgo en el que nos hallamos y comprendo que se ha visto usted sometido a una larga sesión de al menos 3 horas de paramount comedy. Cierto es que ya no volveré a ver los tobillos de la señora Eva Hache de la misma manera.
Tiene usted por delante un amplio campo donde poder mostrar sus dotes como azote vintage del neo-humor, espero que no desista en el intento, sus fanses no lo merecemos.
Suyo eternamente.
El fantasma de las bragas rotas
Siento mi dilatado silencio pero mis tareas profesionales y psíquicas (últimamente van de la mano que da asquito verlas) me lo han impedido. He de decir que me recordó usted el momento del desafortunado chiste, por ventura reseteé mi cabeza tras sacar mi risa falsa y ensayada... Pero usted no se apure, que es una fuente inagotable de desactualización.
ResponderEliminarVoy a dar un paseo por su taberna, si vos lo ve oportuno... Salud!